Falda victoriana

Una falda victoriana es sugerente, elegante y muy femenina. ¿Qué más le puedes pedir? Aquí te ofrecemos una selección de estas faldas con bonitos recogidos y una estética bien reconocible para que elijas las que más te guste.

¿Por qué llevar una falda victoriana?

El siempre crítico William Makepeace Thackeray* afirmaba, en su obra Paris Sketch Boo, que el vestido victoriano transformó a Luis XIV, un hombre pequeño, marchito y barrigón en el increíble Rey Sol.

No vamos a descubrir ahora el poder simbólico de la ropa, pero llevando una prenda de estilo victoriano, como puede ser una falda, puedes abrir una puerta a la fantasía y cambiar un poco tu estado de ánimo. Te ayudará a transportarte a un momento en el que lo romántico, superaba cada día la crudeza de la realidad.

Se trata de una estética tan potente, que cambiará cómo te perciben los demás y lo mejor de todo, es que lo estarás consiguiendo con una falda bonita, enmarcada en un estilo que te encanta.

*William Makepeace Thackeray vivió en la época Victoriana y es el autor de la obra clásica titulada Vanity Fair, en español traducida como La feria de las vanidades e inventó la palabra esnob en su obra El libro de los snobs.

¿Siempre son largas las faldas victorianas?

Las faldas victorianas transmiten las características de la mujer ideal en aquella época, principalmente delicadeza y docilidad. Por ello son faldas largas, que no permiten movimientos ágiles no propios de una dama. Para conseguir su volumen característico, llevan además el miriñaque o crinolina que, seamos sincero, no ayuda a moverse con libertad.

Sin embargo, parte del gran atractivo de estas prendas victorianas se da en la superación de esa imagen preconcebida. Ofrecen ese atractivo contraste entre lo físico caracterizado por la delicadeza, belleza y cuidado de los detalles, con la personalidad de hoy en día, mucho más activa y fuerte que en el XIX. Un atractivo parecido a las heroínas de las novelas de la época, en las que las mujeres tenían una actitud mucho más proactiva de lo que mandaban los cánones de su siglo.

Hoy en día, puedes ver adaptaciones más cortas, de acuerdo a los gustos actuales, pero que mantienen el estilo estético victoriano.