Emma de Jane Austen, cotilleos de la campiña inglesa en el XIX

Emma de Jane Austen es una de las novelas románticas por excelencia y uno de esos libros que todos deberíamos disfrutar leyendo al menos una vez en la vida.

Emma es una pija, engreída, caprichosa y clasista. No son todas sus virtudes, sólo algunas de las más destacables. Al igual que otras protagonistas de novelas ambientadas en el XIX como Escarlata O’Hara, no es alguien que vaya despertar tus simpatías, ni siquiera remotamente. Eso sí, sus intrigas, manipulaciones y vida despreocupada son el entorno perfecto para un montón de chismes y situaciones de lo más intrigantes, que te mantendrán pegado a sus páginas en sesiones tan intrascendentes como entretenidas.

En realidad los hechos que se narran en Emma de Jane Austen corresponden al periodo anterior a la Era Victoriana (Regencia), pero su espíritu es de lo más victoriano. Los sentimientos de unos y otros, y sobre todo las interpretaciones que Emma hace de ellos, son el hilo central del relato.

¿Por qué leer Emma de Jane Austen?

En nuestra opinión, el libro de Emma es la novela perfecta para iniciarse en los textos de Jane Austen, porque

  1. Permite familiarizarse con la forma de escribir de Austen
  2. Es mucho más sutil (y ligera) en cuanto a carga argumentar, comicidad y trascendencia de los hechos que narra
  3. Tiene unos personajes desarrollados en profundidad, perfectos para introducirse en el mundo de los caracteres utilizados por la autora para crear sus argumentos.

Lo mejor de Emma de Jane Austen… y lo que probablemente no te gustará tanto.

Emma es la novela victoriana perfecta para pasar el rato: es ligera, está bien escrita, se lee con mucha facilidad, engancha, te hará sonreír de vez en cuando y mantiene encendida la curiosidad del lector hasta el último capítulo. Es perfecta para distraerse sin dramatismos ni grandes expectativas, y tiene un punto crítico que es sobre todo irónico, nada melodramático.

También es una novela muy de su época, con todo lo bueno y lo malo que esto implica: te introduce en el mundo de la protagonista y la Inglaterra rural de principios del XIX, y lo hace desde un punto de vista privilegiado (el de Emma), en todos los sentidos. Las moralinas, remilgos y prejuicios de la época están tratados con toda la naturalidad del mundo, así que las mentes más cerradas y circunspectas al siglo XIX pueden sentirse incómodas ante determinadas ideas y situaciones. Por ejemplo:

  • el vecino de Emma se dedica a revolotear por su casa “enamorado” de ella desde que la joven tiene poco menos de 13 años, y el hecho se describe como una particular forma de amor
  • la “autoridad moral” de un amante que prácticamente le dobla la edad aparece como la salvación para la atolondrada (y en realidad adolescente) Emma
  • el clasismo de la época victoriana inglés se muestra y justifica en su peor cara
  • se describen con todo detalle y ligereza aspectos tremendamente negativos, como el egoísmo, el afán de superioridad sobre los demás y otras miserias humanas como el uso de unas bien construidas estructuras sociales se utilizan para la humillación del más débil

La mirada crítica e ironía habituales en Jane Austen están presentes en el libro de Emma de una forma absolutamente deliciosa. Es totalmente benévola con los personajes y con el propio lector, al que permite pasar de puntillas sobre lo escabroso de determinadas situaciones, si así lo desea. Por lo demás, podrás recrearte con unas fantásticas descripciones de la decoración de las casas victorianas, vestidos, tiendas, balnearios, jardines y celebraciones de fiestas como la Navidad o los bailes de la época. Todo bien sazonado de cotilleos e intrigas atolondradas, con consecuencias de lo más inesperadas.

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Obra de Jane Austen

Además, tras leer la novela de Emma, puedes ver la película con Gwyneth Paltrow como protagonista.