La vajilla de vidrio de uranio es quizá uno de los objetos del hogar victoriano más rocambolescos y a la vez más hermosos y espectaculares. Su verdadera belleza se aprecia a oscuras y bajo luz ultravioleta, cuando muestra su característico brillo verde neón intenso.












La historia del vidrio de uranio
En el caso concreto de la industria del vidrio, el siglo XIX fue uno de los periodos más creativos e innovadores. Además de recuperarse y mejorarse a nivel industrial muchas de las técnicas conocidas desde el mundo egipcio, se crearon otras espectaculares, como los vidrios opalinos, nacarados y por supuesto los de “vaselina” (otro producto de este tiempo) o uranio.
El uranio se aisló como elemento en 1841, pero se sabe que en la industria del vidrio ya se había utilizado unos años antes. Descubierto a finales del siglo XVIII, las primeras “recetas” de vidrio de uranio aparecen con varios nombres desde el primer tercio del siglo XIX, pero por las piezas conservadas, se sabe que ya se estaba utilizando.
Hay constancia documental de que el uranio se utilizó desde aproximadamente 1830 para colorear el vidrio de marrón, naranja, verde lima, verde esmeralda, amarillo e incluso azul, en Bohemia y también en el Reino Unido. Se cree que ya estaría utilizándose antes, pero es a partir de este momento cuando se empieza a comercializar a mayor escala.
En el último tercio del siglo XIX el vidrio de uranio alcanzaría una gran popularidad, que se mantendría durante unas cuatro décadas para luego ir decayendo hasta prácticamente desaparecer tras la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1860 y 1930 es posible encontrar todo tipo de piezas de vidrio de uranio. Desde el primer momento, el color más apreciado fue el amarillo canario, con el que se concibieron auténticas obras maestra de artesanía en vidrio soplado y también piezas hechas a molde masivamente.
A partir de mediados del siglo XX el vidrio de uranio no desapareció (de hecho aún a día de hoy es posible encontrar piezas contemporáneas), pero su producción bajó significativamente hasta limitarse a piezas muy concretas.
En realidad, en el momento actual el uso de uranio en la producción de vidrio no tiene apenas sentido por varios motivos: en primer lugar, no es un material fácilmente accesible y como razón principal, todos los colores y efectos producidos mediante uranio durante el siglo XIX y comienzos del XX se pueden generar ahora por otros medios más baratos, simples y seguros.
Los colores del vidrio de uranio
En el mundo anglosajón el vidrio de uranio se conoce como Vaseline glass por su similitud con esta sustancia grasa, igualmente translúcida y un tanto amarillenta. El amarillo y verde fueron los dos tonos más apreciados entre todos los que se pueden generar a partir del uranio.
Aunque documentalmente se sabe que el uranio se pudo usar para crear prácticamente vidrios de todas las gamas cromáticas, las piezas conservadas abarcan principalmente la gama desde el amarillo muy suave al verde esmeralda, con algunos naranjas y ambarinos. En general, hay que considerar que, al ser un material caro, siempre que se pudo se reemplazó por otros: por ejemplo el verde de hierro.
Hacia 1885 en el mercado anglosajón (Davidson) se sabe que se producía vidrio de uranio en tonos codificados:
- Topacio (Verde)
- Canary (amarillo canario)
- Gold Yellow (amarillo dorado)
- Primprose (verde látimo, cercano al jade)
El amarillo canario era particularmente apreciado porque simulaba una consistencia grasa translúcida que hacía pensar en objetos de vaselina sólida, mientras que el verde resultaba espectral. En Bohemia estos dos tonos se conocieron como Annagelb y Annagrun, y en Reino Unido como Topacio, desde mediados de siglo.
Además, hay que tener en cuenta los efectos de estos vidrios en momentos como la hora de la cena o el atardecer cuando los hogares aún no contaban con luz eléctrica. Sus efectos de destello en verde serían mucho más dramáticos de lo que podemos visualizar ahora en un salón bien iluminado con luz visible. En la época victoriana, la última luz del día se aprovechaba con avidez, y este es un momento en el que la zona ultravioleta del espectro aumenta respecto al de la luz visible.
Con el movimiento Art Nouveau primero y el Art Deco después, el vidrio de uranio se mantuvo siempre en el candelero. En la década de 1930, la casa inglesa Webb fabricaba vidrio de uranio en estos tres tonos estandarizados:
- Sunshine Amber (ámbar)
- Bristol Green (verde esmeralda)
- Eau de Nil (aguamarina)
Todos los anteriores, además de muchos otros no codificados, son vidrios de uranio con efecto fluorescente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la mayoría de industriales del vidrio activos desde mediados del siglo XIX introdujeron uranio en sus mezclas en algún momento. Pero no siempre fue con el propósito de que sus piezas fuesen fluorescentes y, de hecho, no todos los vidrios que contienen uranio muestran fluorescencia con luz ultravioleta.
El coleccionismo de vidrio de uranio o vaseline glass
El coleccionismo de vidrio de uranio conocido como vaseline glass es muy popular en determinados círculos y las investigaciones y catálogos sobre este tipo de piezas no ha parado de crecer durante el siglo XXI. Existen incluso asociaciones dedicadas a su difusión y catalogación, con información interesante y muy detallada al respecto. Puedes consultar aquí la lista de bibliografía científica y artística sobre vidrio de uranio de la Asociación Vaseline Glass Collectors, Inc..
Qué deberías saber si vas a comprar vidrio de uranio:
Si te has sentido tentado a comprar vidrio de uranio (un frasco de perfume, un pequeño frutero, un precioso jarrón…) estas son algunas de las dudas más frecuentes que pueden asaltarte:
¿De qué están hechas las piezas de vajilla de vidrio de uranio?
De cristal silíceo con un una pequeña concentración de óxido de diuranato (U₂O₇²ˉ) al 2%. El óxido se añade antes del proceso de fundición. El efecto a simple vista es una ligera tonalidad amarillo verdosa.
¿Por qué utilizaron uranio para hacer vajillas?
La fiebre por las manufacturas “radioactivas” creció en paralelo a las sucesivas industrializaciones. El vidrio de uranio es sólo uno de los muchos objetos dotados de un aura especial a partir de materiales radioactivos. Los uranotipos (oranotypie) y las cremas cosméticas radioactivas que garantizaban una piel luminosa, fueron algunos de los más peculiares.
¿Son seguras las vajillas de vidrio de uranio victorianas?
Sí. Los niveles de radiación de estas piezas son muy bajos y en general no se consideran peligrosos para la salud.
¿Cómo saber si una pieza de vidrio contiene uranio?
Según indicó el experto investigador Barrie W Skelcher fallecido en 2015, hay dos formas sencillas para saber si una pieza es de vidrio de uranio, pero ninguna es infalible:
- Si el objeto reacciona cuando se expone a luz ultravioleta. La mayoría de objetos de vidrio de uranio “se encenderán” en la oscuridad.
- Con un medidor de radiación.
La tercera forma de hacerlo es tomado una pequeña mezcla de la pieza de vidrio (lo que supone dañarla) y analizarla químicamente. Lo ideal sería utilizar un equipo de laboratorio especializado con el que realizar una espectrometría de la pieza, sin dañarla, pero esto está al alcance de muy pocos.
En principio, si se expone el vidrio de uranio a una luz ultravioleta, se producirá una fluorescencia de un tono verde espectral. Pero esto no sucede en el 100% y no es indicativo de la cantidad de uranio1: objetos con menos uranio poder brillar más que otros con más cantidad en su mezcla. En general, cuanto más plomo tenga el vidrio, más débil será la fluorescencia.
Además, hay que tener en cuenta que en vidrios actuales se pueden introducir elementos fluorescentes amarillos en la mezcla, que pueden confundirse con el efecto fluorescente del uranio con luz ultravioleta.
¿Qué diferencia hay entre el vidrio de uranio y el vidrio opalino?
Los efectos de fluorescencia se producen por la introducción de uranio en la receta del vidrio, mientras que los de opalescencia se dan por la introducción de otras sustancias, con las que se busca un efecto primero de marfil (imitación barata) y luego de nácar. En el caso de los vidrios de uranio de aspecto látimo (de leche) lo que se añade a la mezcla es arsénico. Ambas sustancias llegaron a combinarse, por ejemplo en los vidrios Pearline (Davidson), que se caracterizan por resultar más “lechosos” que “oleosos” en su apreciación, y por lo tanto tirar más hacia tonalidades látimas y más opacas, pero manteniendo su efecto de fluorescencia.