Los jarrones victorianos y las flores fueron los auténticos protagonistas de la decoración de la época. La verdad es que no es de extrañar viendo su belleza. En esta página te contamos un poco sobre su historia y hemos recopilado jarrones victorianos de diferentes tiendas que puedes comprar.
Los jarrones victorianos en la decoración
La decoración victoriana no era solo cuestión de satisfacer el gusto estético de los que vivían en la casa. En una época en la que la tecnología de las comunicaciones estaba a años luz de lo que es ahora, las visitas de amigos y conocidos eran muy habituales entre las familias que cultivaban la vida social. Como consecuencia, la decoración era todo un mensaje de buen gusto y poder económico.
Los jarrones victorianos eran una parte importantísima de dicha decoración. De hecho, la época victoriana es el momento en que las flores se consolidan como elemento decorativo de interior. Seguramente, no solo por ser bonitas sino también por la tendencia de aquella sociedad a estudiar la naturaleza y por una conexión (habitualmente señalada por las revistas y publicaciones de la época) con la cultura de la Grecia Clásica.
Aparecieron libros y publicaciones sobre el uso y combinación de las flores. En 1818, Charlotte de la Tour publicó Le Language des Fleurs y años más tarde, en 1879 y en inglés Miss Carruthers publicó Flower Lore, que tuvo un gran éxito entre el público. También en aquellos años, a partir de 1874, se empezaron a popularizar las cestas colgantes con flores, ya que colgarlas de los árboles era una buena solución para aquellos jardines que no tenían demasiado espacio en suelo.
En la educación de las mujeres victorianas se incluía la elaboración de tussie-mussie (el arte de crear pequeños ramos de flores que implícitamente transmitían un mensaje). Se piensa que parte del éxito del tussie-mussie se debió a la estricta moral victoriana, que no permitía comunicar muchas cosas y que se conseguían trasmitir así, gracias a las flores.
Los materiales de los jarrones victorianos podian variar enormemente, ya que podían destinarse al interior o al exterior si el hogar de la familia contaba con jardín. De hecho, según Old-House Journal (Vol. 34,N.º 5; ISSN 0094-0178) se empezó a recomendar tener las flores de exterior en recipientes, para darle un mayor empaque al aspecto de todo el conjunto que incluía la casa y el jardín. La clave era, como suele suceder en estos menesteres, no pasarse añadiendo demasiados elementos ornamentales. Pero claro, una cesta no es propiamente un jarrón victoriano. Los materiales más valorados en los jarrones victorianos de interior eran, la plata, la porcelana y el cristal (muchas veces opaco).