Las cortinas victorianas siempre llaman la atención por su ostentosidad. En esta página, hemos buscado opciones que puedes comprar, pero además te hablamos de cómo era este textil en la era victoriana.
Si vamos a hablar de cortinas victorianas, lo primero que debemos tener claro es que más allá de ser un elemento de decoración, eran realmente necesarias para el bienestar. Las casas victorianas, solían tener ventanas que no ajustaban del todo bien. Desde luego, no tenían ni mucho menos ruptura de puente térmico como muchas ventanas de la actualidad. Además, las casas tampoco contaban con calefacción central.
En consecuencia, el frío y más en Inglaterra entraba por las ventanas y las cortinas suponían una segunda capa de protección frente a este.
Cómo son las cortinas victorianas
Dos factores esenciales definieron las cortinas victorianas:
- La necesidad de aparentar
- La necesidad de proteger contra el frío
Estos dos factores se traducían en unas cortinas de tela gruesas que protegiesen bien de las filtraciones del aire frío de la calle. Con el mismo motivo, solía usarse un exceso de textil, de modo que las cortinas tuviesen múltiples dobleces que a su vez generasen espacios de aislamiento.
En la época victoriana, las cortinas eran un producto caro que en principio se adquiría para toda la vida. Por tanto, la calidad de las telas solía ser la mejor posible dentro de las posibilidades de la familia.
Los colores solían ser oscuros, porque al ser un elemento grande y pesado era difícil de limpiar, así que con un color claro, la suciedad sería más evidente.
Sin embargo, este tipo de cortinas victorianas solo era el más común en el comedor o en la sala de invitados. En otros lugares en los que se apreciaba más la luz, se podía optar por cortinas de encaje mucho más ligeras, pero igualmente de cierta ostentosidad decorativa.
En ocasiones, se optaba por la vía del medio y simplemente se usaban las dos cortinas, una fina de encaje y una más grande de tela mucho más gruesa.
Debido al afán decorativo, también era habitual invertir dinero en una barra de sujeción para las cortinas con decoración en los extremos y un amplio bastidor.
En cuanto a los estampados, al igual que ocurría con muchos otros elementos decorativos textiles, las flores eran las grandes protagonistas.