Conocer cómo era una casa victoriana es una de las mejores formas de hacerse una idea de cómo era la sociedad de la época, así que ¡vamos a ello!
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, puesto que hablamos de un momento histórico prolongado y con muchos avances, la arquitectura también evolucionó a lo largo de los años. Además, como es lógico, había grandes diferencias entre las casas de familias adineradas y las más humildes.
El reinado de la Reina Victoria, fue un momento de gran desarrollo económico y el sector inmobiliario no fue una excepción. Por ejemplo, en 1834 se fundó el Institute of British Architects, que tres años después (1837) recibiría la condecoración de Real, de el Rey Guillermo IV (predecesor de Victoria que sería coronada ese mismo año de 1837), pasando a llamarse Royal Institute of British Architects. El objetivo de esta institución fue y todavía es mejorar de forma general la arquitectura civil.
En materia urbanística, los últimos años del reinado de Guillermo IV y de la reina Victoria destacan por la creación de suburbios. La razón no fue otra que la gran afluencia de trabajadores del campo a la ciudad propiciada por la industria.
Las mejores condiciones económicas vinieron acompañadas por un gran crecimiento demográfico. Se estima que en 1801 la población de Inglaterra y Gales era de unos nueve millones, en 1841 había crecido hasta 16 millones y en 1911 hasta 36 millones. La demanda de casas victorianas estaba en auge.

Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0
Si quieres ver una casa victoriana bien cuidada y conservada, no te pierdas este vídeo sobre la casa de Elizabeth Gaskell, que además puedes visitar si haces una excursión a Manchester.
El diseño
El diseño de la casa victoriana solía recibir influencias del estilo italiano, Scottish baronial, gótico francés e isabelino principalmente. En definitiva trataban de conseguir unas líneas eclécticas, es decir, que aprovechasen lo bueno de diferentes estilos tratando de combinarlos de forma armónica.
Los materiales

En lo que se refiere a los materiales de construcción de casas y viviendas, la época victoriana destaca porque la industria comenzó a usar materiales de lugares lejanos. Hasta el momento, prácticamente todo el material utilizado provenía de las inmediaciones, pero con la mejora del transporte y el comercio esto cambió para siempre.
Por supuesto, también hay que mencionar la aparición de máquinas cada vez más eficientes para producir o procesar los materiales. Por ejemplo, en la foto vemos una máquina productora de ladrillos para construcción.
La decoración de la casa victoriana
La casa victoriana era una expresión de la posición social de la familia que vivía en ella. Por tanto, las familias de clase media alta para arriba se esmeraban en su decoración.
Entre los muebles victorianos, eran habituales las maderas nobles, con diseños cuidados y preciosistas. Se ponía especial cuidado en el hall donde se recibía a las visitas cortas y el comedor y el salón, donde entraban aquellos invitados que iban a compartir un buen rato con la familia.
Puedes leer más información sobre el comedor victoriano en nuestra página dedicada:
Entre los objetos de decoración destacaban las mesas, cortinas, cojines, lámparas y jarrones, aunque cualquier objeto era una buena excusa para mostrar buen gusto y poderío económico.
Casa victoriana: el hogar del siglo XIX
El gas y luego la electricidad supusieron junto con el desarrollo de nuevas técnicas y materiales en la construcción, un momento revolucionario para los hogares europeos. Éstas son algunas curiosidades de los edificios de viviendas victorianos:
Salvar las alturas o escaleras en la casa victoriana
Hasta el desarrollo del ascensor, las escaleras eran la única forma de desplazarse en altura en las casas del siglo XIX. Esto dio lugar a que la planta noble de los edificios fuera siempre la inferior, ya que resultaba mucho más cómodo a los habitantes llegar a su hogar. Desde el mundo romano, cuanto más arriba estaba tu vivienda, más pobre eras, y esto perduró hasta prácticamente el fin del periodo victoriano.
Al margen de las grandes escaleras voladizas o de acceso desde el bajo a la primera planta, las escaleras victorianas eran zonas de paso que se salvaban con escalones irregulares y de altura variable, a las que no se dedicaba la más mínima atención constructiva: esto hacía que en muchos casos se convirtieran en trampas mortales.
Los baños en la casa victoriana
La configuración de estas estancias tal y como las conocemos hoy se produjo a lo largo del siglo XIX, momento en el que se fabricaron por primera vez inodoros de forma masiva. Sin embargo, eran frecuentes las deficiencias en los sistemas de evacuación de aguas residuales, y las historias de retretes que literalmente explotaban debido a la acumulación de metano y otros gases, fueron bastante comunes.
Bañeras con ducha y duchas de vapor
La ducha tardó un poco más en aparecer, ligada a la higiene en establecimientos como cuarteles, e incorporándose a las bañeras después. Con todo, la tradicional jofaina se mantenía en la mayor parte de las casas victorianas, incluso cuando el agua corriente ya se había instalado. Esto se debía sobre todo al hecho de que no ocupaba a penas espacio y podía colocarse o moverse según conviniera.
Las neveras y muebles de despensa
Las fábricas de hielo primero y los armarios eléctricos con depósitos para gases después, dieron lugar a cámaras refrigeradas con las que conservar los alimentos. Hasta entonces, esto sólo se había podido hacer con neveras naturales, excavadas y llenadas de nieve durante el invierno.
Algunas alacenas estaban configuradas con un sistema de paredes especiales para conservar mejor los alimentos y protegerlos de “visitas indeseadas”. Se construían con patas que las elevaban del suelo, puertas que se podían cerrar con llave y aunque las baldas interiores fuesen de madera, las paredes exteriores iban reforzadas en metal. Había incluso alacenas-gallinero dedicadas a la incubación de huevos fecundados, que contaban con su propio sistema de calefacción.
Una despensa por la que no pasa el tiempo
Junto con los frigoríficos, la producción industrial de los alimentos y el desarrollo de los conservantes químicos alargó la vida de los productos comestibles perecederos. Como consecuencia, las despensas de las casas victorianas se llenaron con alimentos que hasta entonces debían ser consumidos en el día, como la leche y sus derivados frescos (yogures, requesón, queso fresco…)
Electrodomésticos
Estos son algunos de los aparatos eléctricos para el hogar que cambiaron la vida de las mujeres de época victoriana:
- Plancha eléctrica. Creada a partir de resistencias, tardó bastante tiempo en sustituir a las planchas metálicas tradicionales, que se calentaban con el sistema tradicional: la chimenea o la placa metálica de la cocina de leña.
- El aspirador. Las alfombras victorianas se colocaban en los lugares principales de la casa, y constituían un símbolo de riqueza además de para el confort. A menudo se colocaban como base para un nido de almohadas y cojines, que se coronaba con telajes para darle un aspecto orientalizante. Cuando se gastaban por el uso era habitual colocar otra alfombra para cubrirlas, con la consiguiente acumulación de polvo.
- Horno eléctrico: Las cocinas victorianas eran similares a lo que hoy conocemos como bilbaínas, alimentadas con leña, aunque desde el XVIII ya existían las cocinas de gas. Los primeros avances hacia el horno eléctrico tuvieron lugar en el campo del desarrollo industrial en la producción de acero
La cruda realidad sobre la casa victoriana
Sin embargo, no nos engañemos, las condiciones en que vivía la gente humilde dejaban mucho que desear. ¿Un ejemplo?
Few would suppose that these dilapidated buildings were inhabited, and that too in the midst of winter, by human beings. In some parts the glass and framing have been entirely removed, and vain attempts made to stop out the wind and snow by sacking and other matter. The basement is occupied by donkeys and dogs.
Muy pocos supondrían que esos edificios dilapidados estaban habitados, y también, en pleno invierno, por seres humanos. En algunas partes, se habian quitado el cristal y los marcos, y se habían realizado intentos vanos para detener el viento y la nieve con arpillera y otros materiales. El sótano, estaba ocupado por burros y perros.
London Shadows, by George Godwin, 1854
Algunas casas consistían en dos únicas habitaciones una encima de la otra y otras carecían de ventilación, agua corriente, etc. Esto hacía que las calles estuviesen muy sucias debido a escrementos y basuras, no solo de los vecinos, sino también de los animales que tiraban de los carros.